jueves, 31 de marzo de 2016

Escapada invernal a Baqueira - Beret


A pesar de que este invierno la nieve ha llegado bastante tarde, a finales del mes de enero hicimos una escapada de 4 días al Valle de Arán para esquiar y, si se podía, estrenar las raquetas que teníamos guardadas esperando su momento desde finales del año pasado.

El jueves 28 llegamos alrededor de las ocho de la tarde al hotel donde nos íbamos a alojar las 3 primeras noche y donde habíamos quedado con mis padres y varios amigos. Tardamos algo más de 4 horas en coche desde donde vivimos ahora, Santa Coloma de Farners, por autovía y nacional. El hotel es el Casa Estampa, en la localidad de Escunhau, a 3 kilómetros de Vielha en dirección a la estación de Baqueira y a 11 de ésta. La verdad es que el hotel está muy bien, es muy bonito, de piedra, madera y pizarra como las casas típicas del valle. Para llegar hay que atravesar el pueblo ya que se encuentra en la parte alta, está bien señalizado aunque hay que pasar por alguna calle bastante estrecha. Para aparcar no hay ningún problema ya que en la parte trasera hay una explanada enorme con espacio para muchos coches.



Cuenta con varias zonas comunes, como un acogedor salón, un pequeño gimnasio, jacuzzi y piscina y hay wifi gratuito disponible para clientes.




Además tiene restaurante, por lo que se puede contratar régimen de media pensión como hicimos nosotros. No es demasiado grande, pero eso lo hace más acogedor y la comida está bastante bien, tanto sabor como cantidad. Las cenas para los clientes del hotel se sirven hasta las 21.30 y el sistema es similar al de otros alojamientos de este tipo, durante el desayuno te informan del menú para esa noche y hay que dejar elegidos un primero y un segundo de entre 3 opciones de cada.



En la entrada del restaurante hay además un curioso rincón con chimenea y mecedoras, perfecto para tomar algo antes o después de la cena.



El desayuno se sirve en otra estancia del hotel y es buffet libre. A nosotros nos gustó mucho porque había bastante donde elegir, con dulce y salado, distintos sabores de zumos, café y té a escoger y estaba todo muy bueno.



Hay habitaciones de distintos tamaños y todas tienen baño con bañera en su interior. Nosotros ocupamos una doble (se puede elegir una o dos camas si hay disponibilidad) y era sencilla pero acogedora y estaba todo muy limpio. Otros amigos del grupo estuvieron en una triple y les encantó, era en dos niveles, con dos camas en la parte baja y otra en la superior, donde había además otro baño y televisión propios. La reserva de todas las habitaciones del grupo la hicimos con Booking y pagamos por 3 noches 347 € por habitación doble en media pensión (las bebidas no estaban incluidas en las cenas y nos las añadieron a la cuenta final). Sólo alojamiento y desayuno eran por 218 € cada habitación doble.





El primer día que esquiamos fue el viernes y fuimos a Beret, ya que José había cogido cursillo para el fin de semana en Baqueira y así disfrutábamos de toda la estación. Al llegar compramos en las taquillas los forfaits para los 3 días por 133,50 € más el seguro. Otra opción es utilizar el forfait online que suelen proporcionar en los alojamientos y que se puede recarga por internet.

Todos llevábamos equipo excepto José que lo tenía que alquilar. Lo miramos en internet antes de ir y al final cogió el equipo completo en Skiclass por 45 € los 3 días. Como si realizas un cursillo con ellos y pagas por adelantado te hacen el 20 % de descuento y él iba a hacer uno, era el que mejor salía de precio de los que vimos. Los cursillos de grupo son 3 horas al día, de 10 a 13 horas, mínimo 2 días y máximo 6 alumnos por profesor. El precio para adultos es de 40 € por día. 
La tienda está en la calle Pieda 3 (antigua Calle Sobernedo), en una transversal que hay frente al gran aparcamiento cercano al hospital. Abren todos los días de 8 de la mañana a 9 de la noche, por lo que no hay problemas para recoger o devolver el material. 
Por desgracia, aunque el equipo estaba bastante bien, las clases no le gustaron demasiado, como suele ocurrir en estas cosas depende mucho del profesor y el grupo que te toque y en este caso aunque no eran más de 6, iban bastante lentos porque había gente con menos nivel y tampoco aprendió demasiado.


Aunque no había mucha nieve se podía esquiar sin problemas y en general tuvimos suerte con el tiempo. El primer día en Beret esquiamos hasta el mediodía, ya que después se metieron nubes bajas y no se veía nada, mientras que el segundo día el tiempo fue espectacular y lo pasamos entre Baqueira y Bonaigua. El tercero por desgracia no pudimos hacer mucho, ya que en cotas altas llovía y nevaba a ratos y con el viento estaba muy desagradable. Al final estuvimos unas 3 horitas también entre Argulls y Baqueira.



Nosotros nos quedábamos en el valle hasta el lunes pero el resto del grupo se marchaba de vuelta a casa el domingo. Como el tiempo era horrible, dejamos de esquiar pronto y antes de irse comimos todos en la Pizzeria Mandronius, que hace esquina junto a la explanada del aparcamiento y es bastante grande, con dos plantas, y tiene una carta muy amplia, con pizzas, bocadillos, platos combinados y platos de cocina tradicional. Se come bien y no es caro así que para estos casos es una buena opción.

Esa noche cambiamos de alojamiento y nos hospedamos en el Aparthotel Nou Vielha, junto a la N-230, cerca del Mercadona. Como el quedarnos hasta el lunes dependía de la previsión del tiempo, lo reservamos en Booking con opción de cancelación gratuita hasta unos días antes de la fecha de entrada. Además el precio era muy bueno y no tenían mala pinta así que nuestros bolsillos nos lo agradecerían.



La entrada a los apartamentos es de 16 a 20.30, antes no está abierta la recepción. Disponen de apartamentos para 2, 3 y 4 personas y una de las cosas a destacar es que admiten mascotas gratuitamente. Nosotros estuvimos en un apartamento para 2 que constaba de salón - comedor - cocina con los utensilios necesarios para cocinar, una habitación con cama de matrimonio y un baño con ducha. Estaba bastante limpio aunque menos nuevo de lo que se veía en las fotos. Además la ducha era con cortina y no tenía plato, era sobre el propio suelo del baño que en esa esquina estaba inclinado para recoger el agua, lo que resulta un poco incómodo ya que se moja todo bastante. Aún así, recomendable en relación calidad/precio. Quizá lo peor era que se oían bastante los ruidos de fuera, tanto del pasillo como de la calle, aunque esto último también podía deberse a que estábamos en el primer piso. En la planta baja del edificio se encuentra la cervecería Aranburguer que es de los mismos dueños. Disponen de parking cubierto pero su precio es de 9 € al día. De todas formas no hay problemas para encontrar aparcamiento gratis en los alrededores.





Cuentan además con un gran salón común con televisiones y sofás y otro punto a destacar es que disponen de 2 cuartos con calefacción en el parking, con taquillas individuales para guardar los esquís.



El lunes amaneció un día espléndido y tras recoger todos nuestros bártulos del apartamento pusimos rumbo a Beret, donde íbamos a dar un paseo con las raquetas. Habíamos cogido en la recepción del Aparthotel un mapa con rutas de esquí de travesía y raquetas por el valle donde venían bastantes opciones. No había mucha nieve y la que había estaba en cotas bastantes altas, pero nuestra experiencia era escasa y no queríamos complicarnos mucho, por lo que se nos limitaban las opciones. Al final nos decantamos por una apuesta sencilla pero segura como es el paseo hasta el Santuario de Montgarri, con ida por uno de los márgenes del río Noguera Pallaresa y vuelta por el otro.


Saliendo del parking de Beret a 1830 metros de altitud cogemos el camino de la izquierda, que coincide con el GR-211 y está bastante pisado de la gran cantidad de gente que transita por allí. De hecho salvo en algún tramo a la vuelta por el otro margen del río, en esas condiciones con poca nieve y bastante pisada, no eran necesarias las raquetas.






Al principio vamos llaneando un rato para después ir perdiendo altura progresivamente, viendo al fondo las altas cumbres por encima de los 2500 metros de altitud ya en Francia.






La mayor parte del camino por este lado es entre prados y sólo un pequeño tramo se hace entre árboles. Sin embargo, éstos nos dejan bonitas estampas no sólo con nevadas recientes sino también cuando ésta escasea.











Por el camino encontramos alguna pareja y un grupos de franceses que disfrutan del día primaveral como nosotros para hacer rutas por la zona. Desde hace unos años también se pueden alquilar trineos tirados por caballos para dar un paseo sobre el manto de nieve entre diciembre y marzo/abril.




Cruzamos varios arroyos y torrentes como el Arriu de Barlongueta, el de Parros o el de Horcalh.






Junto a este último encontramos la borda de Es Cabau, un edificio rehabilitado de propiedad particular, bastante grande y en un entorno incomparable. Desde allí el GR-211 comienza a ascender al puerto de Orla, aunque nosotros seguimos su variante descendente hacia Montgarri.




Poco después, tras casi 5 kilómetros de recorrido y unas 2 horas de caminata, vemos a lo lejos nuestro destino, Montgarri, a 1650 metros de altitud.







El recinto del Santuario, del siglo XII, es lo primero que encontramos. La iglesia en su interior, tal y como se ve actualmente, es del s. XVI. Unos 600 metros más adelante se encuentran las ruinas de las casas o bordas que formaban el pueblo, abandonado en la década de los setenta por las duras condiciones de vida y que hoy en día ha recuperado su fama gracias al turismo.




El recinto del santuario albergaba, además de la iglesia, un hostal, una rectoría y pajares, y era utilizado tanto por ganaderos como contrabandistas o fugitivos.



Dentro del recinto, el edificio rehabilitado de la rectoría acoge actualmente el Refugio Amics de Montgarri, en el que se puede dormir por 22 € por persona o disfrutar de una suculenta comida (mejor llamar antes para reservar).



Tras descansar un poco y ver el austero santuario por dentro, iniciamos el regreso, que hacemos por el otro margen del río Noguera Pallaresa. Para ello cruzamos por el puente dera Glèisa que hay frente al recinto del santuario y subimos unos 10 minutos por la empinada pendiente que va entre árboles hasta alcanzar la pista que nos devuelve al Pla de Beret, junto a una explanada que hace las veces de aparcamiento para los 4x4 que vienen hasta aquí en verano. También se puede seguir junto al río aproximadamente 1 km y tras superar las antiguas casas que formaban el pueblo de Montgarri se alcanza la pista en su punto más bajo.




Esta pista, que discurre entre pinos negros y abetos, está muy transitada en invierno por las motos de nieve y los trineos de perros que se pueden alquilar en Beret para ir hasta el refugio. Nosotros de hecho nos cruzamos con un grupo de turistas con las motos de nieve poco antes de la hora de comer.




Respecto a las raquetas, al ser una actividad invernal conviene no olvidar la ropa de abrigo, guantes y gorro, así como las gafas de sol para protegernos de éste, bastante más dañino de lo habitual por estar a mucha altitud y por el alto poder reflectante de la nieve. Además son recomendables los bastones para ayudarnos a caminar y las polainas para evitar que la nieve nos entre por debajo de los pantalones. Y por supuesto, como en cualquier ruta, agua, comida y mapa o GPS.




Las raquetas se pueden alquilar en la mayoría de tiendas de alquiler de esquí y en centros de actividades de aventura. Su precio suele rondar los 12 € por persona y día.


En cuanto a su uso es bastante sencillo, sólo hay que acostumbrarse a caminar con los pies algo más separados de lo habitual para evitar golpear una raqueta con otra. Por lo demás es igual a caminar, requiere algo más de tiempo y esfuerzo pero poco más. En general en llano conviene ir con ellas sueltas, ya que se reduce el esfuerzo al no tener que levantarlas enteras, mientras que para descensos pronunciados conviene amarrarlas y echar el cuerpo hacia detrás. En subidas, llevándolas sueltas, ayuda colocar el taco de la parte de atrás para que el pie vaya más horizontal.



Desde los claros de la pista alcanzamos a ver cumbres del otro lado del río, como el Tuc deth Miei o el Tuc de Parros, de más de 2000 metros.





El recorrido circular como el que hicimos nosotros son casi 11 kilómetros en total con unos 300 metros de desnivel acumulado y se hace tranquilamente en unas 4 horas.






Cerca de las 3 de la tarde llegamos al coche y nos despedimos de las montañas nevadas y de este paisaje que nos tiene enamorados. La ruta es sencilla y muy bonita, apta para todos los públicos y la única pega que tiene es que te quedas con ganas de más.


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