sábado, 23 de agosto de 2014

Etapa 4: Refugio Prat d'Aguiló - Refugio Gresolet


Perfil Prat d'Aguiló - Lluis Estasen:


Perfil Lluis Estasen - Gresolet:



Pese a los fuertes ronquidos que venían de la habitación de al lado, gracias a los tapones que llevábamos pasamos una noche más o menos aceptable y a las 7.15, tras un desayuno completo y coger agua en la fuente junto al refugio, iniciamos la cuarta etapa. 





Fuimos ascendiendo, de forma más tendida de lo que esperábamos, hacia el Pas de Gosolans, disfrutando de las magníficas vistas sobre la sierra del Cadí y el valle de la Cerdaña. Seguimos las marcas del PR C-124, ya que en ese tramo no hay rastro de los círculos naranjas de la travesía. Aún así el camino no tiene pérdida.






Hacía más frío del esperado y al llegar arriba hubo que añadir el efecto del viento, por lo que tuvimos que echar mano de todas nuestras reservas de ropa. 



El viento era realmente fuerte en el tramo que iba por la parte superior de la sierra, donde aún se conservaban algunos neveros. 



Agradecimos el cambiar a la vertiente sur, donde comenzó el descenso y fue mejorando la sensación térmica. Al rato de empezar a bajar, las marcas naranjas (que habían reaparecido en el alto) desaparecen y aparecen unos puntos rojos que señalan un camino de subida hacia la derecha, pudiendo confundir. Se debe continuar de frente y comenzar el descenso hacia la izquierda, donde al poco se recuperan las marcas naranjas.


Un rato después alcanzamos una pista por la que se continúa bajando, y tras ir entrando poco a poco en calor hicimos la primera parada para reponer fuerzas y desprendernos de algunas de las capas que habíamos tenido que echarnos encima. La bajada es tendida y permite contemplar el macizo del Pedraforca, que nos acompañará ya durante toda la jornada.





Siguiendo por la pista llega un momento que los puntos naranjas señalan un desvío a la derecha y se debe continuar por unos prados donde es fácil volver a perder las marcas. En este caso resulta evidente el objetivo final, la pista que lleva hacia el macizo de Pedraforca y lo recorre a media altura, por lo que basta con llegar a ella por la zona que resulte más accesible.


Una vez ahí continuamos llaneando durante unas 2 horas hasta poco antes del refugio Lluis Estasen, dejando varios torrentes en la márgen derecha de la pista y unas preciosas vistas del valle de Bagá a la izquierda.



Echando la vista atrás nos parecía increíble de dónde veníamos y no podíamos evitar sentirnos algo nostálgicos, más aún si mirábamos hacia nuestra derecha donde a lo lejos se veía la Tossa d'Alp con el refugio del Niu de l'Aliga donde pasamos la primera noche.




Para acceder al Lluis Estasen se debe remontar un pequeño desnivel a través de un sendero entre árboles que sale a la derecha de la pista y que está bien indicado. Una vez allí, aunque se puede degustar el menú del día por 12 €, nosotros nos dedicamos a comer el picnic que nos habían preparado y tumbarnos al sol a descansar un rato, ya que ese día no había previstas tormentas e íbamos bastante bien de tiempo. Frente al refugio hay varias fuentes donde coger agua.


Desde ahí iniciamos el descenso hacia el refugio de Gresolet. Primero se baja hasta la pista que habíamos abandonado anteriormente, cruzándola para continuar por un camino entre bosques con una bajada algo peliaguda. No es demasiado larga pero tiene mucho barro y raíces por lo que hay que tener cuidado, en especial en días de lluvia. Seguimos bajando hasta un punto donde hay que atravesar un arroyo, donde aprovechamos para parar a hacer algunas fotos. 



A partir de ahí continúa el descenso pero ya por mejor camino y con menos pendiente, viendo en la ladera de enfrente el refugio Gresolet fin de etapa.



















Aproximadamente 2 horas después de salir del Lluis Estasen llegamos al Gresolet, tras descender hasta el río y subir el ligero repecho hasta el refugio. Coincidimos ahí con los compañeros de noches anteriores que acababan ya su travesía y aprovechamos para despedirnos tomando algo, disfrutando de las vistas del Pedraforca que comenzaba a cubrirse de nubes.



Tras la correspondiente ducha, por 2 euros el agua caliente como venía siendo habitual, subimos las cosas necesarias a la habitación. En este caso tuvimos suerte y, como fuimos los primeros en llegar de los que dormíamos esa noche allí, pudimos escoger la habitación doble, ya que cuentan con varios dormitorios de distintas capacidades. Tener  toda la habitación para nosotros solos, aunque fuesen literas pero sin ronquidos de fondo, se agradecía enormemente a esas alturas de la travesía.  

El resto de la tarde la dedicamos a repasar en el mapa la etapa del día siguiente, revisar las fotos hechas hasta el momento y jugar unas partidas de cartas y dominó, ya que el refugio cuenta también con juegos y revistas para matar el tiempo. También tiene varios artículos sobre la travesía enmarcados en las paredes y posibilidad de adquirir merchandising de la misma. Lo que no había apenas en este refugio es cobertura en el móvil por lo que se hacía misión imposible conectarse a Internet.

Cenamos sobre las 19.30. Había sopa, ensalada y redondo de ternera con salsa de verduras. Todo muy bueno y pudimos repetir la carne. Nos sentamos en una mesa con 2 franceses y un hombre que había estado haciendo un par de etapas con un compañero y se había quedado a descansar hasta el día siguiente. En otra mesa había un grupo de 7 mujeres muy simpáticas con las que coincidiríamos al día siguiente en el Sant Jordi.

Tras la cena y reposar un rato la comida haciendo alguna foto, nos marchamos a dormir algo cansados por el sueño y esfuerzo acumulados durante los días de travesía. 

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